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El efluvio capilar es un padecimiento que se manifiesta con la caída abrupta del pelo. El mismo se puede presentar por problemas de índole físicos, ambientales, climáticos o estacionales, los cuales pueden afectar por tiempo indeterminado al individuo.
Si en estos momentos estás pasando por alguna situación similar, no busques más, pues en este artículo te daremos algunas herramientas para enfrentarlo.
Existen diversas situaciones o enfermedades que pueden generar en las personas este padecimiento. Podemos enumerar, por ejemplo, procesos de quimioterapia o radioterapia a los que son sometidos. Por otra parte, también puede ser por estrés, intoxicaciones, envenenamiento, o suspensión abrupta de medicamentos para tratar la alopecia, lo que produce el denominado efecto rebote.
De acuerdo a lo grave o leve que se presenta el problema, los especialistas han definido diferentes tipos de efluvio capilar: efluvio anágeno o telógeno, descritos así en función a lo moderado o robusto que se presenta la afectación.
El efluvio anágeno aparece cuando el organismo es sometido a un proceso de quimioterapia o radioterapia, en el cual se interrumpe el ciclo del gen del cabello, lo que no es más que su ciclo del crecimiento. Esta situación obliga a que se caiga el pelo en todo el cuero cabelludo o en determinadas zonas, dependiendo del lugar donde se coloque el tratamiento. Al finalizar el procedimiento, se revierte la caída en algunos casos, aunque demore la reaparición del cabello, en otros casos no se recupera.
El efluvio telógeno se produce cuando el folículo se interrumpe violentamente por motivos de enfermedades sistémicas, dietas, estrés y medicamentos. Suele ser reversible, siempre y cuando se elimine el problema que lo causa. Este efluvio pudiera tener un trasfondo originado por una alopecia androgénica o difusa.
Antes de iniciar cualquier tratamiento, el paciente debe ser valorado por un especialista, quien diagnostique el tipo de efluvio que padece y el tratamiento que deberá seguir. Recordemos que cada persona tiene características que difieren de otro, y las condiciones para su recuperación estarán definidas en función a su naturaleza.
Cada médico clasifica los efluvios de manera personal. En base a su experiencia profesional y a la exploración física del paciente, que puede incluir entre otras cosas, la verificación del anclaje del cabello hasta la realización de una biopsia del tejido del cuero cabelludo, lo que le permita determinar el problema y establecer los tratamientos a seguir, teniendo como objetivo principal lo más conveniente para la recuperación del cabello perdido por el síndrome del efluvio capilar.
También pueden recomendar consumir vitaminas, mesoterapia con plasma, masajes capilares con lociones específicas para la caída.
Tanto por el crecimiento variable de los folículos, como por el crecimiento simultáneo del pelo, los hombres y mujeres pierden entre 20 y 50 cabellos de manera natural, y en cierto momento, es posible experimentar épocas de mayor caída que van entre los 150 y 200 folículos pilosos, este momento de mayor pérdida de la cabellera se denomina efluvio capilar.
Durante este padecimiento, el cabello disminuye su vitalidad, brillo, vida y densidad capilar en algunas zonas del cuero cabelludo, especialmente en la zona superior, laterales o en la parte de atrás de la cabeza.
Al superar este problema, se revierte la caída y, en un tiempo prudencial, puede recuperarse lo perdido. No existe un tratamiento específico o universal, ya que luego del diagnóstico y evaluación personal el especialista definirá lo más conveniente para superar el problema.